Las casas de muñecas en la prensa española hasta 1.936.

La vida contemporánea.

Emilia_Pardo_Bazan_(1896)

Doña Emilia Pardo Bazán.

Los juguetes de niños (cuya hora se aproxima) son antiguos, no diré que como el mundo, porque el mundo es más viejo que el hombre, pero como la especie humana. En la pirámides de Egipto se encuentran – al lado de las momias de niños, de esos pequeños féretros pintorreados, dorados, enriquecidos  con jeroglíficos curiosos y que ofrecen un modelo estricto del cuerpecillo muerto – los juguetes que usaba en vida, las muñecas y los trompos, los sonajeros y los instrumentos de música en miniatura. Fúnebre sonrisa de la muerte a través de los siglos, inmovilizada en un osario, como todo lo que pertenece a ese pueblo misterioso y solemne, que hizo de la vida terrenal la preparación a otra vida…

Con el formidable desarrollo de la industria en los países productores, los países han llegado a constituir un ramo de suma importancia y en el cual se agotan, la habilidad, el buen gusto, la actividad y la gracia de cada nación. Los alemanes hacen el juguete más pesado, más tosco, más chillón que los franceses; los colores que los tiñen son perjudiciales para la salud de las criaturas, si como es frecuente, los humedecen con la saliva. Severas prohibiciones, reglamentos previsores, no han conseguido poner a raya la codicia de los industriales. El verde de los pinos, el rojo del tejado de las casitas, contienen veneno. Cólicos que no se sabe a qué atribuir, no reconocen otro origen…

La Selva Negra, los cantones suizos, inundan también de juguetes el mercado europeo. Hay juguetes de madera blanca, trabajados a punta de cuchillo por los pastores, que son una monería. En Ginebra los venden a millares, y los compran las personas mayores para adornar mesas y etageres. Son ciervos, gamuzas, águilas – la fauna alpestre, grandiosa y esbelta; – son caprichos de ramaje, chalets minúsculos, figurillas de guías y de cazadores; los sencillos temas de la montaña – interpretados con un arte instintivo, genial – Rusia también construye juguetes, aunque no los exporta… En Moscú se fabrican, a guisa de muñecos, unos oseznos que parecen vivos: los hay blancos, y los hay rojos y negros. Mueven los brazos, tuercen la cabeza, y sólo les falta gruñir. Pero el pueblo que ha entendido de un modo más artístico el juguete  ( y se cree que desde tiempo inmemorial) es el japonés. En paciencia compiten con los chinos, y les vencen en sentimiento e imitación de la naturaleza; en realismo profundo. Los juguetes de Japón son deliciosos; como objetos de arte se pueden conservar. Lo mucho de infantil que hay en ese pueblo del Extremo Oriente, hace que la línea divisoria entre el juguete y el objeto usual sea menos clara y definida que en otros países. Las admirables estatuíllas de marfil que el Japón expuso en París últimamente, así podían servir de entretenimiento a los pequeños, como de placer estético a los grandes. Los broncecillos, la reproducciones de animales en cartón y papel, los caprichos y dibujos fantásticos, los ídolos de barro que sacan la lengua o sonríen enigmáticamente, juguetes son, al fin, como las muñecas son musmís que parecen dispuestas a abanicarse o a rascar la viola. Juguetes son asimismo los platitos en que las verdaderas musmís comen, las comidas que les sirven, las tazas como dedales en que beben el té, las botellas de Kioto, vidriadas, de estrecho cuello y brillante vientre, en que refrescan el agua, y los enanos arbustos que en polícromos tiestos se elevan cuajados de flor roja sobre las desnudas ramas. El juego preside a la vida japonesa, y el fértil ingenio no se agota para inventar cada día nuevos caprichos, ratones blancos, arañas monstruosas, cangrejos ridículos, monigotes inverosímiles, caricaturas en que el terror y la risa alternan. Y los juguetes japoneses suelen costar, en París, desde cinco a veinte céntimos.

El juguete francés es elegante, coquetón, serio y científico. Así como el de Japón paga tributo a la fantasía, el de París trata de reproducir, fielmente, en pequeño, los utensilios y los artefactos, los lujos y los refinamientos de la existencia de los grandes. La muñeca no solo se viste como una señorita muy chic, sino que tiene su casa completamente surtida de cuanto reclaman las necesidades actuales. Desde la cocina con fogón y pucheros, hasta el salón Luis XV con talladas consolas y fastuosos cortinajes, las casas de muñecas pueden servir de modelo a los palacios. La electricidad las ilumina; los lavabos tienen agua corriente, algunas ostentan su serre, poblada de plantas en miniatura. Por supuesto que los armarios encierran ropa blanca y trajes a la última y abrigos de piel. Una casa de muñecas bien puesta y donde se lleve la imitación de la verdad a la última perfección, llega a valer bastantes miles de francos…

No sería justo olvidar los juguetes de Madrid, ni bonitos, ni ricos, ni delicados, pero entretenidos y baratos como los japoneses. Cada día aparece en la acera del Ministerio de la Gobernación una invención nueva, efímera, oportuna. La vocean los chicos vendedores y lleva el sello de la actualidad; es una nota del momento presente, picaresca, burlesca, política; un tributo al capricho de la multitud. En la acera de Gobernación he visto expender a Mac Kinley borracho perdido y a Sagasta con el peroné roto. El juguete se convierte así en apéndice de la prensa satírica, y corea y comenta sus desplantes. Nadie habrá olvidado, por ejemplo, al famoso don Nicanor tocando el tambor. ¿Qué les queda en el bolsillo a los que fabrican tales juguetes de a perro chico y a perro gordo? No lo entiendo; porque ha de ganar el que los hace y ha de ganar el que los vende, y con el precio parece que no alcanza para bramantes, cartón, madera y pinturas, aparte de la mano de obra. La humilde industria da sin embargo pan y techo a centenares de obreros, que a veces trabajan por su cuenta, y preparan de noche, a la hermosa luz del quinqué de petróleo, lo que ha de salir a vender a la del sol alegre, por la mañana, cuando sale a paseo o a la escuela la chiquillería… Hay todavía otra clase de juguetes sin ingenio, humildes copias de lo real, y también de inverosímil baratura: sartenes y cazos, trébedes y parrillas, tinajas para el agua, planchas, mesas de cocina, sillas de paja, balanzas, platos, fuentes, ollas, besugueras, armarios de luna, sofás, fuelles, tenazas…, en suma, muebles y enseres, ejecutados con curiosa precisión, con la nimiedad japonesa, aunque sin la finura y delicadeza de mano que caracteriza a los artistas nipones…

Correrán los años y aportará la existencia, entre sus múltiples males, algunos bienes,  algunas venturas de las que poéticamente suelen compararse a las dichas del Edén; pero nunca el niño, ya hombre, sentirá un goce más completo, más ilimitado, más vehemente que  el del despertar asido al juguete que le ofrecieron los Santos Reyes y que le da, en cartón y papel, hojalata y cinc, su ensueño materializado y realizado. La mujer  le hará echar de menos la valsadora mecánica; las batallas de la realidad le harán sentir nostalgia de los cañones de plomo y los fusiles de madera barnizada… Y las casitas de muñecas, tan cucas, tan bien surtidas de todo lo indispensable, tan limpias, tan en orden, tan calladas, tan confortables y discretas, contrastarán quizás con la suya, llena de ruido y de polvo, de chillidos y canturreos, de discusión y escaceses…”

Emilia Pardo Bazán  in Ilustración artística. 3/12/1.906, página 2.

¡Qué maravillosa descripción hace doña Emilia de los juguetes y, en particular, de las casitas de muñecas! Nos da una auténtica lección magistral. Nos ha ido enumerando los países productores de juguetes en un alarde de erudición. Una casa de muñecas bien puesta y donde se lleve la imitación de la verdad a la última perfección, llega a valer bastantes miles de francos…”; y termina de una manera preciosa: “y las casitas de muñecas, tan cucas, tan bien surtidas de todo lo indispensable, tan limpias, tan en orden, tan calladas, tan confortables y discretas, contrastarán quizás con la suya, llena de ruido y de polvo, de chillidos y canturreos, de discusión y escaseces…” es el mañana que espera a la mujer al casarse que, una vez llegado, le hace echar la vista atrás con nostalgia.

Años más tarde un o una articulista, porque firma con iniciales y no lo podemos saber. C.  nos habló con detenimiento y de forma monográfica de los juguetes rusos:

** Las provincias de Moscú y de Nijni-Novgorod son los centros de fabricación de juguetes de madera, cartón y pasta. Próximamente tres mil personas producen cada año juguetes por valor de un millón trescientas mil pesetas; los juguetes, rústicos y sencillos, son muy pintorescos y asombrosamente baratos: borregos, vacas, caballos, soldados, bailarines, carricoches, barcos, trineos, muñecas, todo ello de madera tallada o de cartón, se vende en las isbas (casas de madera habitadas por los campesinos) a precios inverosímiles; los corredores y los comerciantes suelen pagar a los campesinos cuatro céntimos por cada muñequita de madera, una peseta cuarenta y cinco céntimos por una casa de muñecas con muebles, y así todo lo demás.

Hombres, mujeres y niños manejan el torno con pasmosa habilidad, y realizan verdaderos prodigios labrando la madera.

Con delicadeza extraordinaria hacen cajitas del tamaño de una nuez para encerrar minúsculos utensilios domésticos; al abrir el diminuto estuche se experimenta admiración extrayendo platos, cucharas, teteras, batería do cocina, vasos y otros objetos hasta treinta.

Los juguetes representados en madera la troika (coche ruso a manera de trineo arrastrado por tres caballos), el trineo y el campesino ruso en distintas formas agrícolas, son obras de arte que tienen la rudeza y el encanto de lo pastoril,  de la tradición secular mantenida y perpetuada por muchas generaciones.

L.C. in La Moda elegante (Cádiz). 6/11/1.915, página 8.

Nuevo Mundo. 7 de enero de 1.916.

Nuevo Mundo. 7 de enero de 1.916.

 

** “Se vende una casa de muñecas de siete pies y dos dedos de largo, cinco pies de alto, por dos y medio pies de fondo. Consta de cinco huecos por línea y tres por alto. El piso bajo tiene dos puertas: una es la entrada con su escalera, otra para la cochera, y tres rejas; una es el cuarto del portero. En el piso principal cinco balcones; la sala tiene dos con sus cortinillas, toda vestida de gusto, y amueblada. Alcoba principal, gabinete con su alcoba, y pieza de vestir y alcoba, cada una vestida de diferente gusto, y muebles correspondientes, y muñecas, vidrieras, cristales, cortinillas y puertas, todo movible: el piso segundo de cinco balcones, todo corriente, comedor todo puesto, la cocina poblada; pieza de labor con su alcoba y dos camas para las criadas, y otro cuarto con su alcoba. Tres boardillas [sic] capaces para muchos trastos escusados e inútiles. Es coronada con empizarrado, chimenea y claraboya. Toda la fábrica es de manera, pintada al olio [sic]; por dentro está vestida con mucho gusto. Se halla en la calle de las Huertas, almacén de muebles, frente a la casa de la Mesta.”

Diario de avisos de Madrid. 20/10/1.842, página 3.

Por la descripción que se desprende del anuncio se trata de una casa muy bien costeada con dos puertas en la planta baja: la principal y la de la cochera. El portero vive en esa planta.

En la planta principal: la sala, dormitorio principal con gabinete y boudoir, más otro dormitorio.

En la segunda comedor, cocina y habitaciones del servicio.

Cuenta, además, con tres buhardillas en la planta superior que podrían transformarse en habitaciones.

Quien la vendiera debía estar pasando apuros económicos o, tal vez, estar padeciendo alguna circunstancia triste que le llevara a querer deshacerse de ella como pudiera ser la pérdida de la niña que jugaba con la casa. Lo habitual es pasen de madres a hijas como verdaderos tesoros. Sin duda, debió de pertenecer a una familia de la alta burguesía. Evidentemente, los anuncios pueden exagerarse pero no disponemos de más elementos de juicio.

Las rifas de casitas:

** “En el Asilo de huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, situado en la calle de Claudio Coello, estará expuesta todo el mes una preciosa casa de muñecas, que varias señoras de la que forman la Junta han formado, con gran lujo, desde el salón Luis XV, precioso comedor, despacho con escribanía de plata, cuarto de baño, hasta la cocina y cuarto de la plancha; es esta una casa en miniatura, que puede servir de modelo para amueblar las grandes. Se venden las papeletas al módico precio de una peseta. Dicha casa de muñecas se rifará en el sorteo de la Lotería Nacional del 20 del próximo junio.”

La Época (Madrid. 1.849). 7/4/1.905, nº 19.685, página 2.

** “Su Majestad la Reina y S.A. la Infanta Dª María Teresa han ido esta tarde al Asilo del Sagrado Corazón de Jesús, con objeto de ver una preciosa casa de muñecas que allí se exhibe, tan bien construida y con tan primorosos detalles, que constituye una verdadera obra de arte.

Esta casa de muñecas se rifa con un objeto benéfico, y tal éxito ha tenido la idea, que hasta ahora van vendidas papeletas por valor de cerca de cuatro mil duros.”

La Época (Madrid. 1849). 10/5/1.905, nº 19.712, página 5.

Esta casa de muñecas contaba con ascensor, focos eléctricos y todos los adelantos de las construcciones modernas.

La prensa rastreada me ha permitido saber que no fueron infrecuentes las rifas y sorteos de casitas.  Desgraciadamente, la descripción no es muy precisa, pero debió de ser magnífica por la recaudación y por la visita de la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena (1.858-1929), segunda esposa de Alfonso XII junto con su hija la infanta María Teresa (1.882-1.912).

**

Sorteo publicado en La Época. 24 de marzo de 1.923. BNE.

Sorteo publicado en La Época. 24 de marzo de 1.923. BNE.

Una casa de muñecas en 1.925 costaba la friolera de 350  ó 125 pesetas porque no especifica si es precio por unidad o no lo es.

** “La Comisión de señoras que trabaja para lograr la creación de la primera Casa de los Niños está formada por la señora de Bastos, como presidenta y la señoritas Victoria Kent y Gloria de Luna, como secretaria y vocal, respectivamente.

Después de la fiesta celebrada en el Lyceum, en que tomó parte “La Argentina”, se organizó una exposición de juguetes, inaugurada anteayer. Varias señoras enviaron muñecas y otros juguetes, y además se adquirieron otros muchos, que han sido puestos a la venta, desde la cantidad de 50 céntimos.

Entre los juguetes expuestos figura una casa de muñecas, que será rifada entre los niños que adquieran papeletas.

La exposición permanecerá abierta al público durante ocho días” 

El Imparcial. 11 de mayo de 1.927.

Las actividades de Radio Barcelona

** “Con motivo de la instalación receptora efectuada por la Unión Radio Barcelona en la Prisión Central de Figueras, los penados quisieron corresponder a este acto regalando a la emisora una espléndida casa de muñecas, obra de consumados artífices, con objeto de que fuese sorteada entre el público radioyente. Este sorteo acaba de tener lugar, habiendo producido para la Radio Beneficencia la respetable cantidad de 4.335 pesetas, que serán destinadas a la adquisición de aparatos para los hospitales y asilos de Cataluña.”

 Ondas (Madrid). 28/3/1.931, página 6

Formando al futuro ángel del hogar:

** “La muñeca, su equipo y la camita, son el principio de la casa de muñecas con que toda niña debe soñar y que sus padres deben proporcionarle, más o menos modesta, vigilando su orden y gobierno, con la idea de que en ella practiquen las niñas su aprendizaje y puedan en su día ser completas amas de casa.”

Clementina in  La Última moda (Madrid). 5/1/1.908, n.º 1.044, página 3.

Este tipo de consejo se repite con frecuencia en las revistas. Viene a ser, prácticamente, un ritual  iniciático para las niñas, futuros “ángeles del hogar”, cuyo anhelo principal debe ser el matrimonio.

** “Otro juguete antiquísimo, y que por cierto es de los más caros, es la casa de muñecas.

El instinto maternal, el despertar de la tendencia ordenadora del ama de casa en el espíritu de las niñas, otorgó favor grandísimo a tales juguetes, en los que hay preciosidades.

Casas de muñecas hemos admirado en que está todo previsto. Desde la sala hasta la cocina y el cuarto de baño; verdadera miniatura de la casa moderna, confortable y elegante.

Pero con el precio de este juguete se pueden pagar tres y aun cuatro meses de alquiler de una casa de veras.”

Juan de Manzanares in La Época. 5 de enero de 1.904. Nº 19.241.

Pueden ser caras o no serlo porque el precio está en función de las habilidades manuales y creativas de quien la decora. Tampoco es preciso usar materiales nobles. Veamos dos ejemplos prácticos:

La Moda elegante. !.888. Biblioteca Universitaria de la UGR. CC ES.

La Moda elegante. 1.888. Biblioteca Universitaria de la UGR. CC ES.

La Moda elegante. 1.888. Biblioteca Universitaria de la UGR. CC ES.

La Moda elegante. 1.888. Biblioteca Universitaria de la UGR. CC ES.

La Moda elegante. 1.988. Biblioteca Universitaria de la UGR. CC ES.

La Moda elegante. 1.888. Biblioteca Universitaria de la UGR. CC ES.

Esta habitación, hecha de cartón fuerte, va alhajada con diferentes muebles de madera negra con adornos dorados. El canapé y las sillas se cubren con felpa de color. Se emplea la misma felpa para hacer las cortinas, que van guarnecidas en el borde de delante con un encaje blanco y un fleco de bolitas. La alfombrilla y los respaldos de las sillas y del canapé van bordados a la mano. Lo demás objetos se hacen con cañamazo de lana bordado al punto de cruz. La alfombra va ejecutada con arreglo al dibujo 10, con lanas de diferentes colores. El adorno del centro del tapete se ejecuta con lana fina o seda, siguiendo las indicaciones del dibujo 9. “

La Moda elegante. 1.888. **

La Moda elegante. 1.912.

La Moda elegante. 1.912.

Las grandes casas de muñecas:

Aunque desconozco  el destino que corrió este juguete, paso a citarlo porque debió ser espectacular. El articulista solamente dice que lo vio en un escaparate de Berlín; es lo que nosotros, los amantes de las casitas de muñecas, denominamos room box:

** “Citaré en primer término un precioso juguete que ha estado expuesto en el escaparate de uno de los bazares más importantes de Berlín. Consiste en un salón de baile en miniatura, adornado con espejos, plantas verdes y flores, amueblado con divanes y sillas tapizadas de raso salmón, e iluminado por una araña auténtica, de luz eléctrica. En este salón, sobre una bonita alfombra blanca y rosada, bailan diez parejas de muñecos, de unos doce centímetros de alto, vestidos con elegantes trajes de sociedad. Los de las muñequitas son de raso, gasa y encajes de pálidos colores, y tienen por complemento, aderezos de pedrería, abanicos de pluma y gasa, lazos y grupos de flores en los peinados. El traje de los muñequitos consiste en pantalón corto de raso negro y frac azul, negro o encarnado, con su correspondiente gardenia en el ojal. Las parejitas, bailan al compás de un vals, tocado por una orquesta de muñecos, colocada en un tablado que ocupa uno de los extremos del salón, y que no es otra cosa que una caja de música. Al terminarse el vals, los muñequitos conducen a las muñequitas, del brazo, a sus asientos, quedando parados ante ellas, después de hacerles un respetuoso saludo. Muñecos y orquesta, están movidos por un complicado mecanismo de relojería.”

Clementina in La Última moda (Madrid). 6 de enero de 1.901. Nº 679.

Yo también me habría parado en el escaparate, aunque solo fuese para observar con admiración, porque lo que la articulista está describiéndonos es una joya al alcance de muy pocos bolsillos. Se  trata de muñecos de escala 1/12, primorosamente vestidos, que bailan a los sones de una orquesta  y que  ejecutan multitud de movimientos. El mecanismo que activaba la escena tendría una complejidad extraordinaria. No es fácil hacer autómatas de esta categoría aunque en el pasado se realizaron numerosos y bellísimos personajes androides.

** “La casa de muñecas más hermosa que se conoce es con la que Cornelo Vanderbilt ha obsequiado recientemente a su pequeña hija, de cuatro años. Este palacio en miniatura situado en una parte del parque, cuesta 700 libras. Es todo hecho de ladrillos y tiene una cúpula imitando un castillo antiguo.

Contiene una docena de pequeñas piezas, de dos metros y medio de altura; se llega a la puerta de entrada por una escalinata de mármol, y, pasando por una rica puerta tallada. se entra en un hall  iluminado con luz eléctrica. Luego se pasa a los salones tapizados de brocado blanco y oro, alfombrado del mismo color, y encuéntrase allí lleno de  mesitas con adornitos de valor. Los dormitorios para las muñecas son con muebles de laqué blanco, con pequeñas camitas cubiertas de colchas con encajes y cintas. Toda la casita se ilumina con luz eléctrica, como también la calefacción.

La otra casa  famosa es la de la Reina de Holanda, evaluada en 550 libras, donde la joven soberana pasó los días venturosos de su niñez. Allí Guillermina se encerraba con su ejército de muñecas, y una vez Se le oyó que, reprendiendo a una de ellas, le decía con tono severo: «Si continúas portándote mal, en castigo te haré princesa, y entonces tendrás que contentarte con jugar siempre sola.”

La Correspondencia de España. 8/11/1.909, nº 18.898, página 3.

El Palacio de la Muñecas

** “Existe en Utreck (Utrech), y es una de las más famosas maravillas de Holanda. Erigióse entre 1665 y 1690 por voluntad de una noble y generosa señora de Amsterdan, cuyo nombre se ha dado ya al olvido, y que lo hizo construir por verdaderos artistas y gastando setecientos mil francos, suma verdaderamente fabulosa en aquella época.

Hoy, la Casa de Muñecas de Utreck (Utrech) supone un valor incalculable, porque representa, hasta en sus más mínimos detalles, el mobiliario, los trajes y las costumbres de una familia holandesa acomodada en aquel tiempo, tan completa y fielmente, como no es posible ni en el mejor museo. Se compone de quince habitaciones finamente decoradas y amuebladas, llenas de figuritas, de señoras y criados, teniendo, además, su correspondiente jardín.

Se transmitió primero por herencia, a través de varias generaciones, hasta que por último fué legado por su propietaria a la ciudad.”

Correo de los niños. 7/1/1.914, nº 40, página 13.

El palacio de la reina Mary de Inglaterra:

cmreinamary2g** “Sin duda, esta pequeñez de los destinos humanos ha echado también hondas raíces en calidad de tema filosófico o quizá racial, en el corazón de la reina María, pues eligió como suya una casita de muñecas (cinco pies de alto), que mostrara a los visitantes de la Exposición imperial lo que sería un palacete en caso de que los reyes desearan ahora uno. Aquí vemos por completo alteradas las añejas aspiraciones de la realeza. Era costumbre de algunos reyes construirse casitas de labrador u otros retiros placenteros; pero nunca palacios. tenían bastante con el suyo de Madrid o de París para desear otro. El inglés, por el contrario, ha vivido demasiado tiempo en “cottages” y sueña con una casa grande, una casa tal como se permiten el lujo de ocupar las instituciones benéficas, los colegios o las oficinas; pero compone sus sueños en tono menor, sujeto a los cinco pies de una casa de muñecas. Parecería natural que los inquilinos de esa casa fueran hadas, que son hijas de la fantasía y del bosque. ¿Por qué muñecas? La muñeca cuida mucho su aderezo exterior, su “maquillage” de gran mundana. Una muñeca, además, es un gesto, una idea fija, mientras el hada es todo movilidad.

La reina sabemos siempre ha tenido predilección por estos minúsculos juguetes. Al nacer la princesa María, le regaló una casita; ahora manda hacer otra para el imperio británico. Y, verdaderamente, es cosa pasmosa de ver: todo en orden, todo funcionando. El piano de cola descansa, por ejemplo, sobre nueve teclas de un piano corriente, y con ayuda de un alfiler se puede tocar en él hasta Beethoven o Stravinsky.

Las botellas (auténticas) de la bodega tendrán sus correspondientes telas de araña y la estilográfica de la mesa escritorio, escribirá. Pero lo que más asombra en ese mundo de la miniatura y del trabajo chinesco son los retratos de la biblioteca, por Sir Wiliam Orpen,  Edmund Dulac, Nicholson, y  Munnings, y la colección de libros de Kipling, Hardy, Masefield, Barrie, Lucas, Bennet, Max Beerboh, etc. con la más copiosa información sobre muñecología existente. Libros del tamaño de un sello de Correos contendrán la labor autobiográfica original de los cerebros dorados de Gran Bretaña (nunca más feliz el adjetivo) y testimonio permanente de adhesión al trono. Las mujeres modernas quizá vean en la “casa de muñecas” el grito de rebelión lanzado por Ibsen, no las enfermizas complacencias del “boudoir” parisino de Jean Lorrain, y convendrá conmigo el lector que si otro mérito no tiene, le queda por lo menos el de ser una graciosa respuesta a los rascacielos americanos.”

Pedro Penzol in La Libertad. 24 de febrero de 1.924.

Exterior lateral del palacio de muñecas de la reina Mary. Foto domada de internet.

Exterior lateral del palacio de muñecas de la reina Mary. Foto domada de internet.

Así la describe otra revista del mismo año:

** “Se trata de una casa en miniatura. Debíamos decir, en realidad, de un palacio, pues que la fachada imita la del Palacio de Buckingham, residencia habitual, como se sabe, de los Reyes de Inglaterra. El palacio de juguete ha sido regalado por sus constructores, todos los ingleses, a su reina actual. Parece que su designio al ofrecérselo era el de perpetuar el tipo del hogar de la plutocracia contemporánea.

Mide el juguete cinco pies de altura y ocho y medio de longitud, es decir, un metro sesenta y dos metros ochenta, aproximadamente. Las paredes, desde luego,  pueden ser levantadas a voluntad, a fin de que pueda verse el interior.

Bajo el palacio, como si dijéramos, en sus subterráneos hay un garaje conteniendo los tipos más costosos de automóviles modernos. El interior del juguete constitúyenlo habitaciones de un lujo deslumbrante. Sed exigentes con esta deliciosa casa de muñecas. No importa. Quedaréis vencidos. No pediréis un solo objeto de uso corriente en cualquier mansión aristocrática que no lo halléis en este lindo juguete, y, además, lo hallaréis en su lugar debido.

En el cuarto de baño, por ejemplo, os asombrará encontrar hasta los cepillos de dientes, los espejos de mano minúsculos, las cajas de crema y de polvos, el pulverizador, el frasquito de esencias…

Comedor del palacio de muñecas de la reina Mary. Tomado de internet.

Comedor del palacio de muñecas de la reina Mary. Tomado de internet.

El cuarto de los niños, pintado y decorado por uno  de los más ilustres artistas, contiene cuantos juguetes pueda exigir el nene más descontentadizo: soldados de plomo, pequeños como mosquitos, trenes, rompecabezas. Notabilísimas son, igualmente, las bodegas y despensa, con sus botellas minúsculas llenas de licores auténticos y sus cajas henchidas de todo cuanto pueda necesitar un cocinero de “casa grande”. La tesorería muéstranos sus coronas y cetros, engarzados de joyas de gran valor. De las paredes de los  salones, gabinetes y alcobas, cuelgan cuadros debidos a los pinceles de los más famosos artistas contemporáneos. De sus techos, arañas y aparatos de luz que se encienden “y todo”.

En las estanterías de la biblioteca vénse innumerables volúmenes en miniatura. Son las obras de los más famosos autores ingleses y extranjeros, antiguos y contemporáneos. En uno de los comedores, una mesa de patas labradas, con un completo servicio de plata y de china, parece esperar la llegada de los convidados.

Biblioteca del palacio de muñecas de la reina Mary. Fotografía tomada de internet.

Biblioteca del palacio de muñecas de la reina Mary. Fotografía tomada de internet.

El palacio de juguete ha sido expuesto en la Exposición del Imperio celebrada recientemente en Londres y ha sido clausurada el primero del actual. Ahora, este juguete de la reina será instalado con carácter definitivo en el castillo de Windsor. Para ello, arquitectos  y decoradores preparan uno de los departamentos del castillo. Los que deseen ver el regio juguete abonarán – se dice – una pequeña suma, destinada a las múltiples obras en que está interesada la reina María. Lo que nos extraña es la motivación oficial del juguete. “Ha sido construido – dicen de Londres – para perpetuar de una manera plástica lo que es un hogar confortable en el siglo XX” ¡Y para realizar este intento escogen como modelo el Palacio Real! Muy bien. Indudablemente, se aseguran con ello sus constructores el modelo más confortable. Lo que no haya en el palacio de Buckingham es difícil que se encuentre en ningún otro hogar de Inglaterra. Pero va a ocurrir que la mayor parte de los hombres de mañana contemplando el juguete, pensarán que sus antepasados vivían mucho más confortablemente que lo que vivan ellos. Claro, lo mismo que hoy la inmensa mayoría de la Humanidad vive menos cómodamente que, hace siglos, vivieron Wamba o Calígula, por ejemplo.

Dormitorio de la reina. Tomado de internet.

Dormitorio de la reina. Tomado de internet.

Todo por no ofrecer el juguete a su Real Majestad porque les da la real gana.”

Alrededor del mundo (Madrid). 22/11/1.924, página 10.

La reina María de Teck (1.867- 1.953) fue esposa del rey Jorge V de Reino Unido (1.865-1.936)

El proyecto fue confiado al arquitecto Sir Edwin Lutyens. En él trabajaron mas de mil quinientos artistas y artesanos. Dispone de agua caliente y fría, luz, cerraduras que funcionan a la perfección, ascensores, libros escritos a mano (más de 170 autores), cuadros hechos por afamados pintores … en fin, toda una joya que puede ser visitada hoy día.

Cuando se aborda el mismo tema en varias publicaciones es porque interesa. La casa es magnífica,  una verdadera maravilla del miniaturismo, de no ser así habría pasado desapercibida, independientemente de que les parezca  bien o mal a los articulistas de la época.

Existe una abundante bibliografía sobre esta casa y por tanto no voy a entrar a describirla. con más profundidad. 

Estados Unidos:

** “En los Estados Unidos, en Nueva York, y por más señas en los almacenes Macy, se ha inaugurado la apertura de una casa de muñecas, con la asistencia de la señora Roosevelt, madre del Presidente de la República.

La razón por la que se ha dado tanta importancia al acto es que el producto de las entradas de los que vayan a admirar este palacio en miniatura será a los asilos y hospitales para niños.

Nueve años se han empleado en construir esta casa, cuyas dimensiones no alcanzan a un par de metros de ancho por dos de largo. El coste ha sido de 435.000 dólares.

La casita comprende once habitaciones, todas iluminadas con luz eléctrica; las bombillas son del tamaño de un grano de trigo. La cocina, los cuartos de baño, están provistos de agua corriente caliente y fría.

Las habitaciones, que, como hemos dicho, suman en total de once, encierran 200.00 piezas. Así, las estanterías de la biblioteca contienen diminutos volúmenes, impresos, de autores famosos; en las paredes cuelgan cuadros originales de pintores célebres; los muebles son de ricas maderas; las lámparas, de bronce. Y entre todas estas piezas llama la atención un órgano de oro, de unos veinte centímetros de alto, que toca música sacra. Y en el jardín – un jardín de Aladino liliputiense – un ruiseñor, con plumas y todo, canta a las mil maravillas.”

Mundo gráfico. 22/5/1.935, página 15.

Un caso especial: la casita de Shirley Temple.

Temple. Pinterest.

Shirley Temple. Pinterest.

** “Trabajando, así ha cumplido Shirley los seis años. Los señores Temple administran la ya considerable fortuna de su hija, y viven magníficamente a costa de ella. No sienten el menor remordimiento; pero como llegan hasta ellos muchas protestas, enviadas especialmente por espectadores a quienes conmueve el sacrificio de  Shirley, tratan de convencer a las gentes de que Shirley es feliz, de que su espíritu no ha sido dañado por la farsa interna de los Estudios, de que, moralmente, es una niña de seis años, como lo es físicamente. Y para probar todo esto, han construido en el jardín de la “villa” una soberbia casa de muñecas, hecha a la medida de Shirley y rodeada de un parquecito. Allí cuando hay “visita” presentan a Shirley  jugando con sus amiguitas, con sus perritos y sus gatitos de carne y hueso.

– ¿Ven ustedes cómo la nena sigue siendo una nena de verdad, y cómo juega y como ríe exactamente del  modo que juegan y ríen la niñas de su edad? – arguyen los señores Temple.

Y, en efecto, Shirley juega y ríe para espectáculo de los visitantes, con la misma naturalidad aparente con que hace su papel ante la cámara. Pero cuando los visitantes se han ido, Shirley abandona su casa de muñecas, sus amiguitas y sus perritos, y corre a su cuarto para estar  sola, completamente sola y pensar.

Entonces Shirley no ríe ya, ni sonríe, ni hace forzadas muecas infantiles, ni quiere escuchar venales palabras de cariño. Entonces  Shirley percibe y mide la infinita tristeza de su destino.”

Crónica (Madrid. 1.929). 5/1/1.936, página 19.

Una casa comme il faut, como diría Asmodeo:

** “Como todos los años por estos días, y deseando ser agradable a los niños de mis amables suscriptoras, he visitado las exposiciones de los bazares y tiendas de juguetes, para poder darles cuenta detallada de cuantas novedades hay en dicho ramo, pues conociendo estas novedades niños y niñas, al colocar en el balcón o delante de la chimenea el clásico zapatito la víspera de Reyes, pueden indicar a estos señores qué prefieren, por medio de una atenta cartita, facilitándoles mucho su difícil tarea. 

La última moda. 4/1/1.903.

La Última moda. 4/1/1.903.

Para niñas, el juguete al que se concede ahora más importancia y que por decirlo así los resume todos, es la casa de muñecas. Hay casas de muñecas correspondientes a todas las esferas sociales. Desde la chocita de la muñeca aldeana con su cocina en la planta baja, su alcoba, su granero, su establo y su gallinero, hasta el palacio de la muñeca Princesa, o por lo menos gran señora, en el que no falta el alumbrado de luz eléctrica (de verdad) en todas las habitaciones, ni el ascensor en la escalera, ni el agua (también de verdad) en el cuarto de baño, ni los coches y los caballos en las cocheras. Además hay casas de muñecas de la clase media,  casas de muñecas que son fondas, colegios, talleres de modistas y de planchadoras, etc., y  la principal novedad es que los muebles, lo mismo que las muñecas de las casas a las que me refiero “viven” en lo posible. Es decir que los armarios se abren dejando ver la lencería, trajes y sombreros que encierran; que la cristalería y la vajilla de comedor, la batería de cocina, los enseres del tocador, etc., son movibles, y que las muñecas y muñecos se visten y desnudan  de pies a cabeza. ¿Qué diferencia existe entre estas casas de muñecas modernas y las casas de muñecas de nuestras abuelas con los muebles fijos, las muñecas con trajes cosidos y los balcones, puertas y una parte de los muebles de la habitaciones figurados? No puede negarse que en esto como en todo, el progreso existe, pues una camita se hace y se deshace, una muñeca que necesita un vestuario completo y muebles de todas clases que colocar y adornar, son de mucha utilidad para una niña, cuya laboriosidad y buen gusto se educan jugando.

La Última moda. 4/1. 1.903.

La Última moda. 4/1/1.903.

Una de las casas más completas que he visto,  representa un lindo hotelito de dos pisos, situado en el centro de un jardín a la inglesa, con sus macizos de flores, su fuentecilla y sus bancos y sus veladores rústicos. En la planta baja, y además del vestíbulo, del que arranca una escalera alfombrada que conduce al piso principal, están situados el salón de recibir, el comedor, la cocina, el cuarto de la plancha, un saloncito de confianza y el billar. En el vestíbulo, se ven plantas verdes, colocadas en la jardinera de un diminuto perchero, un banco blasonado y una mesita con recado de escribir. Sin faltar el perrito de porcelana, ni el paciente negrito con el periódico en la mano: juguete de juguetes. Los muebles del salón son de estilo Luis XV. El saloncito de confianza está amueblado y decorado a estilo modernista. El billar tiene divanes de terciopelo verde y mesa y taqueros de madera clara. En cuanto a la cocina y el cuarto de la plancha, tienen calefacción de gas; pues se conoce que las muñecas amas de su casa, están muy lejos de despreciar los adelantos modernos. En el principal, están el dormitorio de los dueños de la casa, un gabinete, un cuarto-tocador con cuarto de baño, y el cuarto de los niños. En las camas del primero, que son de madera tallada, no faltan ni las colchas de encaje inglés, ni los edredones de raso bordado. Las camitas del cuarto de los niños son de estilo inglés, con sábanas y almohadas en blanco, y edredón capitonado de raso azul pálido, semejantes al modelito representado por el grabado número 12.

El mueble principal del cuarto-tocador, es, como es natural, un tocador Duquesa sumamente elegante. Las cortinas que lo guarnecen son de tul bordado, recogidas por ramos de flores y sobre la mesita que sostiene el espejo, aparecen confundidos, peines, cepillos, frasquitos de esencias, pulverizadores, etc. Los habitantes de la casa de muñecas que acabo de citar son muñecos y muñecas de todas las edades y todas las categorías. Hay muñecos con patillas blancas,  con bigotes rubios o barbas negras vestidos de caballeros; otros llevan librea de criados, cocheros o   lacayos: muñecas con traje de bebés, muñecas con trajes de nodrizas, con traje de señoras, doncellas y cocineras…”

Clementina in La Moda elegante. 4-1-1.903. Nº 783.

He reflejado las casas de muñecas que aparecieron en la prensa española pero hay muchas más. Si usted desea conocer las casas de muñecas más importantes del mundo, por favor, haga clic en:

https://www.ottini.eu/

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Las casas de muñecas como recurso didáctico:

** “Un buen día la maestra lleva a la clase una gran caja de cartón y anuncia a los niños que van a construir con ella nada menos que una casa; podéis figuraros la impresión que semejante noticia produce. En muy poco tiempo la obra se culmina. La caja se divide en cuartos por medio de planos perpendiculares, y los niños se distribuyen las tareas que suponen su arreglo y decoración.

Este pinta a su idea papel para cubrir las paredes; otro teje esteras de rafia o carpetas de felpilla para el piso; los muebles de cartón se preparan con interés febril, y mientras una niña viste afanosa a la futura habitadora del palacio, otra pone todo su esmero en que la cama esté bien provista, y una tercera decora las paredes con cuadros y las ventanas con tiestos de plantas.

Otras veces, y tratándose ya de clases adelantadas, la construcción de tal casa obedece a un plan más avanzado. Los niños preparan pequeños ladrillos que cuecen al sol; con ellos y con madera, cal y otras substancias propias para el caso, edifican una casita que basta para darles la idea de lo que significa levantar un edificio.

Una vez terminada y amueblada, los niños aprenden prácticamente las faenas del hogar, haciendo diariamente el aseo de las habitaciones, y preparando los alimentos para la castellana, a la que cuidan por turnos…

En el año 1902, dice la Memoria citada (informe de Mr. Baldwin respeto a la escuela de Hyannis que da idea de la importancia de las enseñanzas manuales, por su valor efectivo, en el desenvolvimiento de las ideas), los maestros de los grados elementales tomaron la casa de muñecas como centro de interés. En los diferentes grados se estudió la vida de los niños en distintos países, comparándose así las habitaciones propias de cada uno con la de los niños de Hyannis.

Los alumnos del primer grado se ocuparon de Hiwatha, de sus muebles, utensilios, tiendas y vestidos. Los niños se entusiasmaban mucho comparando sus juegos y sus cuentos con los cuentos del pequeño indígena y los cuentos que relataba la vieja Nokomis. Por un procedimiento análogo aprendieron lo referente a la vida de los niños esquimales dentro del hogar.

Los del segundo grado hicieron análogo estudio de los pequeños daneses, de los japoneses y chinos, usando siempre sus propias experiencias como término de comparación.

Los del tercero estudiaron la vida de los niños suizos y mexicanos.

Los del cuarto se interesaron, en cambio, en la historia de Robinsón Crusoe, y, sobre todo, en los objetos con que amuebló su casa. 

Ernestina A. in La Enseñanza manual en los Estados Unidos. La Escuela moderna. 1 de diciembre de 1.905.

** “En la Normales, se dirá tal como son los edificios en que están establecidas en España, ¿cómo podrán los alumnos hacer plantaciones y dedicarse al cultivo de vegetales? Difícil es, más no imposible. La Normal de Maestras de Madrid, desde el curso 1908-1909, puede disponer a este efecto de un lote de terreno en la Ciudad Lineal, manzana 72, núm 2.

Otro ejemplo: los cuidados con los recién nacidos y otros del medio, que la higiene demanda, podrían iniciarse con bebés-muñecas y con la casa de muñecas, juguetes de los que se puede extraer preciada esencia educativa.” 

La Escuela moderna. 1/9/1.908, página 17.

 “Observaciones de madres que han sido maestras de Kindergarten  editadas por la Oficina de Educación de los Estados Unidos y por las Asociación Nacional de Kindergarten por la señora Janet Wellc Kenzie.

La enseñanza de Kindergarten

** … “Una sombrerera, como armazón para una casa de muñecas y departamentos fabricados con cartones formando cuatro piezas, puede ocupar el interés y la atención del niño quizá por varios meses; pueden amueblar la casa con tapetes y muebles sacados de magazines, en tanto que pueden hacer cortinas para las ventanas, de papel encarrujado del que se usa en las bomboneras.

El mueble puede hacerse doblando el papel, usando pequeños blocks.”

La Unión ilustrada. 8/1/1.920, página 28. 

** “Otro juguete que también infunde esperanzas de perfeccionamiento mecánico es la casa de muñecas, ya conocida en el siglo XVII, y de las cuales se conservan magníficos ejemplares en el Museo de Nuremberg , sobresaliendo la construida por Ana Koferlin, con finalidades pedagógicas, según se infiere en el folleto explicativo publicada en la misma época.

Aunque Nuremberg no ha perdido la importancia que desde el siglo XIV ha sustentado en la industria alemana de juguetes, la especialidad de la construcción de muñecas artísticas se ha centralizado en las dos ciudades sajonas de Soneberg  y Walterhausen, con la diferencia de que en Soneberg la industria de muñecas es doméstica y en Walterhausen está monopolizada por las fábricas. Antes de la guerra había en  Soneberg millares de muñecas destinadas a Inglaterra cuyo valor pasaba de dos millones de marcos.

En cuanto a la utilidad educativa de los juguetes, solo cabe recordar que ya desde los tiempos de Horacio se viene repitiendo en todos los idiomas sin que nadie o muy pocos, hagan caso, que los procedimientos de enseñanza, han de hermanar lo útil con lo agradable. Así estamos todos teóricamente convencidos de que mucho más y mejor aprenderá el niño por medio de juguetes artísticos y científicos que por el rutinario procedimiento de los textos de memoria.”

Hojas selectas. Septiembre de 1.921. Nº 237.

Democratización de las casas de muñecas:

Paulatinamente las casas de muñecas se van democratizando.  Son un juguete muy deseado que no tiene porque ser un privilegio para una corte, para la aristocracia o para la alta burguesía pero sus precios no están al alcance de cualquier bolsillo todavía. Por eso, aparecen los primeros coleccionables muy tímidamente – se puede decir que son sucedáneos de las casitas que se venden para las niñas de familias adineradas –  porque al boom de la compra por fascículos aún le faltan años para eclosionar y las revistas comienzan a publicar  consejos para hacer miniaturas con materiales de poco coste.

** “Alameda. Hay espejos, cortinas, chimeneas, estufa eléctrica, gran aparador, gran mesa de cocina y timbre, cochecitos para niños, magníficas casas de muñecas, etcétera, etcétera. Serrano 67 (Hotel)”  

La Correspondencia de España. 20/4/1.908, nº 18.331, página 4.

** Casa Lilí.

casa lili La Moda elegante (Cádiz). 6/8/1.920, página 11.

La Moda elegante (Cádiz). 6/8/1.920, página 11.

** “El mejor regalo

Los Reyes Magos traerán a las niñas la preciosa Casa de Muñecas, compuesta de cocina, comedor, gabinete, alcoba, cuarto de baño, terraza y jardín, editada por “La Tijera”, en 24 hojas de construcciones recortables para armar tan lindo chalet. Se vende en papelerías, librerías, bazares y en El Arca de Noé. Pez, 2, Madrid, al precio de cinco pesetas. Se emite a provincias enviando 5,50 en sellos.”  latijeraanuncio (2)

El Heraldo de Madrid. 30/12/1.930, página 4.

La Unión ilustrada. 15/3/1928, página 10.

La Unión ilustrada. 15/3/1928, página 10.

 

Y yo más”: la excentricidad de una multimillonaria:

En el transcurso de esta investigación me he encontrado con bastante información que, necesariamente, he tenido que seleccionar, pero no me resisto a dejar sin reseñar la siguiente noticia que me ha dejado perpleja. No se trata de casas de muñecas, sino de muñecas y es que este pequeño mundo, o gran mundo, según se mire, depara muchas sorpresas:

Muñeca vestida por Wort. La Esfera. 1.923.

Muñeca vestida por Worth. La Esfera. 1.923.

La millonaria en  cuestión ha encargado a los reyes de la alta costura una serie de muñecas representativas de tipos e indumentarias de la mujer, desde la era de la hoja de parra hasta nuestros días. Worth, Paquin, Redfern, Boué y algunos otros han puesto manos a la obra, y después de obtener de escultores conocidos las maquettes de las figuras de biscuit, han comenzado a vestir esas figuras, o a desnudarlas, con toda propiedad, según el gusto y las costumbres de cada época…

Tal colección de muñecas, formada por varios centenares, costará mucho más cara que el supuesto collar de perlas o el fantástico hilo de diamantes, robado el primero a la señora X y perdido el segundo por la señora Z, richissimes américaines de passage à Paris… y, además, tendrá existencia real y será expuesta aquí y en Londres antes de ir al palacio de su dueña, construído, con beneficios de la gran guerra,  en San Francisco de California.

¿A cuántos niños hambrientos – de esos que ahora se encuentran por todas partes de Europa – hubiera podido mantener y hasta educar la richissime américaine con el importe de su colección de muñecas?”

Alice d’Aubry in La Esfera. 4 de agosto de 1.923. Nº 500

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